Allá está, en el cielo de los buenos perros!!! ;-)
Axel dijo…
Tuve la suerte de conocer personalmente a Juli. Compartimos el mismo techo un año y algunos meses. Y a pesar de que ya estaba muy viejita y averiada, me dejó hermosos recuerdos. Me tocó acompañarla en sus últimos días, en su último día... Me siento su amigo, tal vez uno de los últimos que cosechó en su larga vida. Y por la forma en que movía su colita cuando nos saludábamos, me parece que ella también se sentía amiga mía.
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