hacía frío en Buenos Aires. para que yo llegue al extremo de encender la estufa, tiene que hacer mucho frío. tanto frío, que debí cerrar la puerta del balcón, donde la perra hace sus necesidades. pasó la noche y yo confiado con que ella me pediría salir con su inigualable estilo pekinés de pedir las cosas. pero no. cuando me acerqué a la puerta del balcón, ya había un chorrito de meo del lado de adentro. lógico, los pekineses no saben abrir puertas de balcones.

y la cagada de arriba es mi 1er. post en Ensayo en 100 posts, un nueva aventura literaria impulsada por Dix con la participación de seis reputadísimos webloggers + muá -el eterno desubicado-. pasen y vean. comments no hay.

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